Inspiro profundamente aire de mi cuarto. Más que esta frase me hubiera gustado escribir la onomatopeya justa… pero, ¿cuál sería? ¿Cómo suena este aire que entra en mí sólo esta vez? No hay más que decir que suena así como lo estoy escuchando. ¿Quién descifra, tras las letras, el mensaje? Respiro el placer de un día de normalidad sagrada. ¿Por qué vislumbro la felicidad bajo la forma de este día con el condimento de la chispeante pasión de la confianza? ¿Por qué es necesaria esa cosa para que todo sea perfecto, eterna e inexorablemente perfecto?
No tengo dudas de que estoy en lo cierto… te guste, les guste, me guste o no nos guste… Hay en alguna parte una persona que ha decidido renunciar a la última chance… No soy yo. Amén y... gracias!
Bienvenida Merlina,... bienvenida a CASA
09/09/09
"Escribir sin esperar respuesta. Hablar sin una cara interactuante. Decir acariciando teclas. El placer inexplicable de la intimidad. El anonimato merecido. La conversación interior. Una sola persona, múltiples interlocutores. Acción y reacción en una única alma. Palabras, disparadores de ideas, de emociones, de pensamientos (caóticos o coherentes, según la necesidad y conveniencia).
Un e-mail, un chat, un blog. ¿Quién puede quitarles el carácter de diario íntimo, de rejunte de crónicas, de testimonios irrefutables de nuestra cotidianeidad? Cuando escribimos siempre es, sobre todo, para nosotros mismos..."
09/09/09
sábado, 19 de junio de 2010
sábado, 5 de junio de 2010
01-06-09 1:01 hs
Tengo esa voz que me habla desde atrás, susurrada. A mi oído izquierdo le cosquillea y el hombro se le acerca para apartarla… a esa voz... Del otro lado, del derecho, la otra oreja atenta, caza sonidos reconstruyendo palabras. Siente, vibra, vibra, vibra…. Sabe que el mensaje es el verdadero, el que esconde esa verdad. Cuál? La única, la múltiple, la particularísima, la universal. No logro saber… no logro entender… pero mientras, el susurro cosquilleante lo está diciendo todo… de pe a pa. Hay unos labios que se abren y se cierran develando el secreto… y mi lado izquierdo sigue hombreando… no hay peor sordo que el que no quiere oír… pienso enojada con mi lado izquierdo… el agua de la ducha, hace un rato, ya parecía insinuarlo. ¿Cuándo seré una? Los fragmentos tienen cortes incompletos aquí y allá. Divsiones múltiples, entrelazadas, laberínticas.
Pronto seré plenamente… o no… Él sabe.
Tengo esa voz que me habla desde atrás, susurrada. A mi oído izquierdo le cosquillea y el hombro se le acerca para apartarla… a esa voz... Del otro lado, del derecho, la otra oreja atenta, caza sonidos reconstruyendo palabras. Siente, vibra, vibra, vibra…. Sabe que el mensaje es el verdadero, el que esconde esa verdad. Cuál? La única, la múltiple, la particularísima, la universal. No logro saber… no logro entender… pero mientras, el susurro cosquilleante lo está diciendo todo… de pe a pa. Hay unos labios que se abren y se cierran develando el secreto… y mi lado izquierdo sigue hombreando… no hay peor sordo que el que no quiere oír… pienso enojada con mi lado izquierdo… el agua de la ducha, hace un rato, ya parecía insinuarlo. ¿Cuándo seré una? Los fragmentos tienen cortes incompletos aquí y allá. Divsiones múltiples, entrelazadas, laberínticas.
Pronto seré plenamente… o no… Él sabe.
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